Keynes, el papel de la psicología
John Maynard Keynes fue un economista y filósofo británico conocido por desarrollar la teoría del keynesianismo, que enfatizó la importancia de la inversión pública para estimular el crecimiento económico. Cuando relacionamos la economía con la psicología, algo que no se suele hacer, estaremos hablando de Keynes, pues fue el primer autor en mostrar en su obra; “La teoría general del empleo, el interés y el dinero” la importancia de unos impulsos no racionales que tenemos las personas y por los que nos movemos en diferentes situaciones.
Este economista británico conocido por su influyente teoría de la demanda agregada, consideraba que el comportamiento económico era el resultado de la interacción entre los "espíritus animales". Estos espíritus animales eran los motivos, los temores y las esperanzas de las personas que influían en el comportamiento económico. Keynes pensaba que los mercados a veces se dirigían de forma irracional, y que estos sentimientos irracionales podían influir en la economía. Por lo tanto, era importante para los economistas entender cómo funcionaban estos espíritus animales para poder pronosticar el comportamiento económico.
Un ejemplo es cómo influenciaban en las inversiones, Keynes estaba convencido de que los impulsos irracionales de optimismo y pesimismo se apoderaban de los inversionistas y los llevaban a tomar malas decisiones en las inversiones.
Es autor propuso que los gobiernos usaran la expansión fiscal y monetaria para estimular la economía, lo que luego se conoció como "espíritu animal". Esto significa que el gobierno debe estar preparado para aumentar el gasto en situaciones de desaceleración económica para mantener el nivel de producción y empleo. La idea fue recibida con escepticismo en su momento, pero fue adoptada por muchos países durante la Gran Depresión de la década de 1930 y se ha convertido en una parte importante de la política económica moderna.
Pero esta teoría de los espíritus animales arrastra varios conflictos, principalmente porque no es muy apoyada ya que los economistas no suelen prestarle atención a esto. El problema principal es que no se pueden explicar, pues como ya hemos dicho son irracionales, por lo tanto su definición como tal no existe.
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